Cuando hablamos de ejército Zapatista, nos referimos a una organización mexicana con un carácter político libertatria. Se basa en el zapatismo, el socialismo libertario y el marxismo, siendo su estructura militar la guerrilla. Las acciones que realiza se articulan sobre la base de tres planteamientos que son: la defensa de los derechos colectivos e individuales negados históricamente a los pueblos indígenas mexicanos; la construcción de un nuevo modelo de nación donde se incluya la democracia, la justicia, y la libertad como principios fundamentales de una forma nueva de hacer política; y defiende el altermundismo en nombre de la humanidad y en contraposición al neoliberalismo. Demanda justicia y reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas de México y de los pobres.
Los pueblos indígenas de México siempre han sido marginados, se han caracterízado por ser pobres y sus derechos siempre se han tambaleado y han sido empujados. Las personas de estos pueblos siempre se han visto vulnerables ante los demás, pues no se les reconocen sus derechos colectivos e individuales. Además, cuentan con dificultades a la hora de poder acceder a los servicios de salud o a las instituciones de justicia. En relación a la educación, el rezago educativo entre los indígenas llega casi al 50% de su población. Los estados con índices más altos de reprobación tanto en primaria como en secundaria son Oaxaca, Guerrero y Michoacán. La educación zapatista es opuesta a la escuela oficial; se contrapone a la metodología cerrada de las escuelas oficiales, defendiendo la libertad de pensamiento y la opción de poder abrirse para poder pensar. Ellos califican la escuela oficial como individual y privada, porque todo lo que se realizan son siempre, al fin y al cabo, instrucciones.
Es necesario que se reconozca el valor y la diversidad de las culturas y formas de organización social de las poblaciones indígenas del mundo, así como debemos de ayudar y se debe de contribuir a mejorar su situación respetando, siempre, todas sus características distintivas y sus iniciativas. Todo el mundo merece poder disfrutar de sus derechos, sin temor de que estos vayan a ser violados, y merecen, por supuesto, poder vivir de una forma tranquila, teniendo una calidad de vida adecuada, sin restricciones a nivel educativo, sanitario, de vivienda... es decir, deben y tienen que hacer uso de sus derechos fundamentales, sin que nadie tenga la opción de arrebatárselos, porque todos somos personas y merecemos vivir.
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